Un estudio ha descubierto que las chinches, unos insectos que se alimentan de sangre humana durante la noche, prefieren esos colores a la hora de buscar refugio, y que odian los colores verde y amarillo.
Los investigadores creen que es pronto para recomendar o no usar ciertos colores en la ropa de cama, pero creen que esto podría servir para hacer trampas más eficaces.
Hay unas criaturas pequeñas y planas que pasarían desapercibidas si no fuera por un hábito que tienen: el de alimentarse de sangre de animales y humanos mientras duermen. Se trata de las chinches, Cimex lectularius, unas criaturas que miden entre uno y siete milímetros y que pueden sobrevivir durante varios meses sin alimentarse. Y, en contra de lo que pueda parecer, no aparecen en lugares sucios. Pueden encontrarse tanto en hostales como en hoteles de 5 estrellas; su único requisito es que haya gente durmiendo, y cuanta más mejor.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, estas criaturas son auténticas maestras del escondite: durante el día, son capaces de buscar cobijo ya no solo en las sábanas, sino en cualquier objeto cercano a la cama, incluyendo muebles y moquetas. Cuando llega la noche, son capaces de recorrer hasta 30 metros para encontrar a su víctima. Por suerte, no transmiten enfermedades, y en ocasiones sus picaduras pasan desapercibidas. En otros casos, causan tanto picor que pueden provocar problemas de insomnio.
Este lunes, una investigación publicada en la revista «Journal of Medical Entomology» ha descubierto que las chinches tienen sus preferencias a la hora de buscar escondite. Según sus conclusiones, las chinches adoran las sábanas rojas y negras, mientras que evitan las que son amarillas y verdes.
«Se pensaba que las chinches iría a cualquier lugar para buscar refugio, pero los experimentos que hemos hecho muestran que prefirieron esconderse en ciertos lugares en función del colorque tienen», ha explicado Corraine McNeill, una de las autoras del estudio e investigadora en la Universidad de Florida.
Las pruebas de las que habla consistieron en colocar a las chinches en pequeños platos de transparentes (placas de Petri) y darles 10 minutos para elegir entre varios pequeños refugios de distinto color. Después de hacer esta prueba con chinches solitarias o en grupo, hambrientas o satisfechas, y con varias edades y sexos, los investigadores hallaron su preferencia por el color negro y rojo.
Colores para buscar refugio.
«Al principio pensábamos que las chinches podrían preferir el rojo porque este es el color de la sangre, su fuente de alimento», dijo McNeill. «Sin embargo, después de hacer el estudio, concluimos que el motivo por el que lo prefiere es porqee ellas mismas tienen este color rojo, y van hacia esos refugios porque quieren formar grupo con otras chinches». Además, los autores sugireron que las chinches evitaban los colores verde y amarillo porque les recordaban a zonas luminosas, y que cierten afinidad por el negro porque parece ser una zona oscura.
«Estamos pensando en cómo mejorar las trampas de las chinches usando colores atractivos», ha añadido McNeill. Pero también ha explicado que el color podría aún ser más eficaz si se usase junto a ciertas feromonas o señales de dióxido de carbono.
¿Estos resultados significan que hay que tirar las sábanas rojas o negras? «Siempre bromeo y digo: “asegúrate de conseguir unas sábanas amarillas”», ha confesado Corraine McNeill. «Pero para ser honestos, creo que esto sería estirar los resultados demasiado». En lugar de eso, la investigadora sí ha dicho que su estudio podría servir para hacer trampas más eficaces. Pero cree que habría que hacer más estudios antes de no recomendar comprarse unas sábanas negras o rojas.