Creo que las cucarachas no tienen muchos admiradores en el mundo y son reconocidas mundialmente como uno de los seres más repugnantes del planeta. Ahora han descubierto otra característica que no las ayuda en su fama: poseen una mandíbula con 50 veces más fuerza que la ejercida por su propio peso corporal.
Los nuevos hallazgos han sido publicados en la revista “PLoS One“: la cucaracha americana (Periplaneta americana) es un insecto cuya mandíbula es capaz de masticar todo tipo de materiales, clasificada como una plaga, esta criatura puede escaparse a una velocidad de 5,4 km por hora, lo que sería equivalente a que un humano corriera a 330 km por hora.
Los científicos consiguieron medir la fuerza de la mordedura de las cucarachas
Los autores del nuevo estudio decidieron centrarse en la alimentación de la cucaracha americana. Para ello, crearon un sensor extremadamente delgado que la cucaracha pudiera morder con toda su mandíbula. La superficie del sensor era muy sensible a la fuerza y la presión, lo que permitió a los científicos determinar la potencia de la mordedura del insecto.
Las cucarachas demostraron tener un fuerza de mordedura de alrededor de 58 Newtons, en comparación con la mordedura humana masculina que es de 103 Newtons lo que supone la mitad de potencia que la de un humano. Sin embargo, una cucaracha es aproximadamente 43 veces más pequeño que un ser humano, por lo que en términos relativos, su mordedura es en realidad increíblemente poderosa.
Cucaracha Americana sometida al experimento de fuerza con el sensor a la izquierda.
Fuente: Tom Weihmann
Teniendo en cuenta esos datos, los investigadores señalan que la cucaracha tiene un bocado cinco veces más fuerte que el ser humano. Al encontrarse con materiales duros como la madera activan unas fibras musculares especiales que ayudan a reforzar su mordedura, según comentó Tom Weihmann, zoólogo de la Universidad de Cambridge en un comunicado.
Los investigadores señalan que todavía no está claro cómo sus mandíbulas soportan fuerzas tan elevadas y como son capaces de repetir tal fuerza a lo largo de su vida sin experimentar ningún desgaste significativo. Averiguar estos misterios tal vez podría conducir a algún tipo de ingeniería “bioinspirada”.
Elena Verger Salom