Los roedores pesaban más de cinco kilogramos y eran hasta diez veces más grande que las ratas modernas
Pesaba más de cinco kilogramos y era hasta diez veces más grande que las ratas modernas. Convivió durante miles de años con nuestros antepasados, que llegaron a alimentarse de ellas.
Un equipo de paleontólogos de la Universidad Nacional de Australia (ANU) ha descubierto los restos fósiles de siete ejemplares de rata gigante en Timor oriental. Un roedor que podía alcanzar hasta diez veces el tamaño de sus parientes actuales. Para Julien Louys, uno de los directores del proyecto, estamos ante los mayores ejemplares de rata descubiertos hasta ahora. El hallazgo ha sido presentado en la Reunión de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados en Texas.
«Serían lo que podríamos llamar megafauna -afirma Louys-. La mayor de ellas pesa cingo kilogramos y tiene el tamaño de un perro pequeño. Solo para poner a este animal en su justa perspectiva, baste señalar que una rata moderna de buen tamaño no pesa más de medio kilogramo».
El estudio forma parte del proyecto llamado «From Sunda to Sahul», que trata de seguir los movimientos de los primeros humanos modernos a través del sureste de Asia. Y los investigadores sospechan que esos primeros humanos pudieron tener algo que ver con la extinción de estas ratas descomunales.
Louys explica que los primeros restos humanos hallados hasta ahora en Timor oriental tienen unos 46.000 años de antiguedad, y que las evidencias demuestran que humanos y ratas gigantes convivieron durante muchos miles de años antes de que éstas desaparecieran. «Sabemos que los humanos comían ratas gigantes porque hemos encontrado restos de estos roedores con marcas de cortes y quemaduras», afirma el investigador.
Herramientas de metal
«Pero lo más curioso -subraya Louys- es que ambas especies coexistieron hasta hace apenas un millar de años. Y creemos que la razón por la que finalmente las ratas se extinguieron fue la introducción en Timor, precisamente en ese periodo, de las primeras herramientas de metal. Con ellas, en efecto, la gente empezó a talar la selva a una escala mucho mayor».
El doctor Louys asegura que el equipo del que forma parte espera hacerse pronto una idea de cuándo los humanos empezaron a moverse a través de las islas del sudeste asiático, cómo lo hicieron y qué impacto tuvo ese movimiento en los diversos ecosistemas. «Tratamos de encontrar los primeros registros humanos y averiguar cómo era el entorno antes de nuestra llegada. Una vez sepamos qué es lo que había antes de que los humanos aparecieran, veremos el impacto que tuvieron sobre su entorno».