Una pandemia por esta causa aniquiló a millones de personas en el continente europeo en el Siglo XIV
Una adolescente de Oregón ha contraído la misma enfermedad que causó la mayor epidemia en la historia de la humanidad, la peste bubónica, un caso que hoy en día es tratable en Estados Unidos pero que en su momento, allá por el siglo XIV, acabó con un tercio de la población europea, entre 50 y 60 millones de personas.
La joven, cuya identidad no ha sido facilitada a los medios, parece que pudo contagiarse a través de pulgas, portadoras del bacilo Yersinia Pestis por su contacto con ardillas y otros animales silvestres, de acuerdo a fuentes médicas.
De momento, las autoridades de Oregón han asegurado que la joven se está recuperando en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de la localidad de Bend, sin que se hayan confirmado otros casos. También se sabe que la afectada estuvo de caza en el condado de Morrow y durante esa estancia pudo haber contraído la enfermedad. El viaje comenzó el pasado 16 de octubre y cinco días más tarde cayó enferma, siendo hospitaliza unos días después.
La buena noticia es que esta enfermedad no necesita de aislamiento puesto que no se contagia a través del aire, de acuerdo a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Pese a que es una enfermedad casi extinta, y con una vacuna disponible a nivel nacional, en los últimos 20 años se han dado ocho casos registrados en Oregón sin que se hayan producido víctimas mortales.
“Mucha gente piensa que ésta es una enfermedad del pasado, pero todavía está muy presente en un nuestro entorno”, indicó a la cadena NPR el doctor Emilio DeBess, un veterinario de Oregón. Es un caso, asegura, que debería hacer reflexionar a la población para tomar más precauciones al estar en contacto con animales y con mascotas.
La infección de la adolescente ha ayudado además a recordar la llamada peste negra que no solo acabó con una parte importante de la población europea de 1346 a 1361, en su punto álgido, sino que también hizo estragos en Mongolia, la India, China, Oriente Medio y el Norte de África, aniquilando a más de 200 millones de personas, según algunas estadísticas históricas.