ASÍ DE FÁCIL ES PARA UNA RATA SUBIR A TU RETRETE DESDE LAS ALCANTARILLAS
Para muchos, el baño es un lugar en el que poder relajarse o leer el periódico. Sin embargo, una investigación que llega de la mano de National Geographic ha demostrado que cualquier momento es bueno para llevarse un buen susto al bajar la vista al retrete.
¿La razón? Tal y como han demostrado y han plasmado en un vídeo los investigadores, es sumamente sencillo para una rata ascender desde las alcantarillas y llegar hasta el interior de nuestro inodoro. Una pesadilla recurrente para muchos, pero que, en palabras de estos expertos, podría materializarse en cualquier momento.
En el corto (que han publicitado de nuevo desde la revista este agosto a pesar de que fue elaborado en 2013), los expertos de National Geographic muestran la rapidez y facilidad que tienen los roedores para ascender por el desagüe de nuestro retrete. Todo ello se debe -en parte- gracias a su envidiable agilidad, la cual hace permite a los roedores poder ascender por unas tuberías casi verticales a una velocidad endiablada.
Puedes ver el reportaje y el vídeo pinchando en este enlace
De hecho, y tal y como puede verse en el vídeo, son capaces de reducir su caja torácica para poder atravesar agujeros cuyo diámetro es mucho más pequeño que el de su cuerpo. Concretamente, una rata de tamaño medio es capaz de introducirse por huecos del tamaño de una moneda.
Pero… ¿Cómo es posible que logren ascender por las tuberías si se llenan de agua cada vez que tiramos de la cadena? La respuesta es sencilla: estos roedores son capaces de aguantar la respiración hasta tres minutos. Por ello, cuando el líquido elemento pasa a través de ellas, no se ahogan y esperan pacientemente a que las cañerías se vacíen. A su vez, de subir podrían hacer una parada en el sifón del inodoro en el cual suele haber una burbuja de aire.
Superadas las paredes verticales y el ahogamiento, la siguiente pregunta que se plantea es cómo es posible que sobrevivan varios días dentro del retrete para dar a los seres humanos ese terrible susto. La explicación la ofrece National Geographic: tienen la capacidad de nadar durante tres jornadas sin ahogarse y pueden alimentarse de los restos de excrementos que «deposita» allí el ser humano.
Puede parecer asqueroso, pero la práctica de la coprofagia es natural en estos simpáticos animales a la hora de nutrirse. Y es que, los desperdicios contienen restos de comida vitales para ellas. Así pues, si alguna vez haces un viaje al baño y te percatas de que hay una «ratita» nadando en él, no te preguntes cómo ha podido llegar hasta allí, pues es algo perfectamente usual y, de hecho, pueden hacerlo de forma muy sencilla.